Traigo los brazos cargados de flores,  y sucede lo que sucede, la lluvia cae , las moja, pero... en lugar de hacerlas de papel, las enciende, las fortalece.  Claro, éstas son las flores para tí...

y sí... y yo pensando en contarte de mi querido Lidio...

...flores azules para tus manos,
flores de nubes, surcan el cielo,
se sostienen de las  alas de blancas palomas.
Algún día, volverán, blancas,
 al azul, de donde partieron.

y sí..tu lucha, y sí... tu corazón.

ay sí , esto sí que es doler...ya no resisto al mundo. Pero sé, que el cielo azul , gracias a Dios,  siempre volverá...., a pesar  de tus nubes.

y sí, tú rompiedo el corazón mío, además del mundo, ¿qué haré? bueno, saldré a la calle a mirar árboles que florecen, niños corriendo en bicicleta, ancianos tomados de las manos, el hombre alegre... ¿y lo demás? me quedan las flores, mi jardín, intentaré de algún modo regar el árbol seco, sacar de enfrente de la TV a los pequeños, regalar pelotas y barriletes, juntar las manos a los distanciados, y sonreír a los tristes... Mientras tú me olvidas... pasas de largo.

...qué lindo, verte alegre.

Un hombre alegre

Tras su paso, cae una llovizna tenue, huele a jarilla, habla dulcemente el verano. Con su carrito de madera, vende verdura, sí, choclos, que seguramente cultivó cantando. ¡Hola!- ¿me quiere comprar choclos? Sonríe. Los que aceptan reciben también un regalo, un rayo de esperanza de sus ojos azules. Se aleja, parece que navega, quién sabe qué mares, allá va, bajo su sombrero alado.

Si supieras como yo te llevo, atado a mi pecho, como escapulario.

lejos...tu compañía.

...que un cielo azul, caiga suave sobre tus hombros, como una seda muy fina, etéreo, transparente.

...pensé que mi corazón tendría un reposo más duradero. El ave, se mecía en las ramas del viento. Pero, de pronto, otra vez agitaba sus alas ...¿qué haré? oídos sordos , no. Su canto, aunque duela, sigue recordándome al trigo. Finalmente , de nuevo al reposo, para volver otra vez a su inquieto aleteo.  Pregunto en la calle, dónde, tu silencio.

no tengo más que éstas flores...

Qué más da, si me enseñas a aceptar...

allá van...barcos, flores y botellas. Pido al mar que te l@s entregue. Ábrele los brazos, como un niño pequeño, a un padre amoroso.

¿qué harás? ¿irte lejos?... mientras , yo cuidaré mi jardín. Sí,  haré las flores más bellas, las más bellas que pueda...

...igual, nunca tendré nada en tu contra.

...todo lo resistiré.

...el hueco, en tu abrazo...

...y sí, te irás lejos de mí...

Todos los días , te diré mi cielo...

Mis barquitos ahora viajan en botellas. Cargados de flores coloridas, allá van , hacia un mañana más luminoso. No temen al oleaje, ni a las tormentas, el mar es su fiel amigo, él los lleva entre sus manos...y escribe en cada suspiro azul,  la promesa de la luz , allá, hacia donde  navegan...

...no me cansaré, de arrojar botellas al mar.Botellas que mecen flores, coloridas, brillantes al sol. El alma del mar.

Ay,  mi cielo...¡cura a los enfermos!.

Ay, mi cielo...si supieras,  cómo aprietas en mi pecho...

y sí...el cielo azul, ojalá te bese..

...la flor tuya.

mira las tuyas... quizá también haya un capullo...

y sí, aquí estoy...ya sabes ...que la esperanza mía, es un como un capullo entre mis manos...

Y sí, era lo que me temía. Ahora han de venir  las espinas, y este sufrimiento de hablar, para que un viento  se lleve mi voz , lejos de tu oído... Ay , qué pena la mía... qué cántaro lleno , llora por vacío... sí, será  arduo el camino...

Algo me dice, que mi barquito de sueños atraviesa una tormenta. ¿Qué haré? Luchar contra las olas, seguir las huellas brillantes, del faro que me guía...

Mi barquito de sueños, lleva nubes renaciendo. Sí , es verdad, tengo anhelos inmutables, pero ahora, ahora, aunque sean nacidos del mismo cielo, éstos me parecen más claros, como nuevamente moldeados...

Las flores son como las mañanas... incondicionales.

Te dejo la flor...aunque no le veas...

Mira por tu ventana, todos los días pasaré a dejarte una flor...

y cómo no ...dos gardenias par tí, dos gardenias para tí.

Una nueva ciudad, en mi ciudad. Aparecen los invisibilizados, allá vienen, en procesión de barro. Gracias Dios...