...pensé que mi corazón tendría un reposo más duradero. El ave, se mecía en las ramas del viento. Pero, de pronto, otra vez agitaba sus alas ...¿qué haré? oídos sordos , no. Su canto, aunque duela, sigue recordándome al trigo. Finalmente , de nuevo al reposo, para volver otra vez a su inquieto aleteo. Pregunto en la calle, dónde, tu silencio.
1 comentario:
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