Ah sí... ya sé cómo resisten los naúfragos. Claro, se extienden los brazos, entrelazan esa madera, de la que todos venimos, construyen una barca irrompible, en ese espacio, en ese hueco lleno de futuro, de promesas. Nada queda fuera de ese lugar bendito, allí descansa el horizonte, seguro de que algún día, los verá llegar, en la barca de los abrazos.
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