No te cierres Flor de la Esperanza, no te cierres ante el gemido de la tarde, arma y desarma, tus pétalos floridos. Acurrúcate ahora en mi espalda, como un manto ceñido. Mucho por descubrir, en la calle de los suspiros, mucho viento suave y tibio. Late un nombre en la hora, donde descansa mi pecho. Luminoso recuerdo del mañana.
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