La ciudad, toma del suelo las hojas del otoño, se van con el viento hacia donde tu habitas, mientras yo me quedo en ese espacio silente, de tu costado , mi pecho. Y transcurren los días y los soles y yo me acurruco entonces, en ese universo de azules por donde caminas. Tú no lo sabes , menos aún comprendes , como se queda mi mar en tu orilla.
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