Anida en lo celeste, el haz de luz que atraviesa ,fugaz, flores que crecen dentro de los ojos. Ramas y nubes de este anhelo , inconmovible rayo que busca incansable. Un pequeño capullo que sube y sube a través del verde , para ser árbol y tenderse cantando sobre la sombra del peregrino cansado. Para que los pájaros más azules se mezcan tranquilos, a salvo. Mientras corre, el río y reza alegre aquélla melodía, para que capullo, verde y árbol, por fin , aniden en lo celeste.
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