viernes, 2 de noviembre de 2012

Recordando VI: Las ciudades de trigo y sus hijos de pan.

Han huído los hijos, para que no quedase nadie
que  encendiera  la TV, ni respirase humo en las calles.
Se fueron en el viento aquella tarde,
para no quedar náufragos, para no sentir miedo o hambre,
para nos ser asaltados, para esquivar la desesperanza,
para no andar errados.
La ciudad les abrió las alas, para evitarles el destierro,
se hicieron azules los brotes dorados.
Dejaron todo para no ver caer los pájaros , para no oír las bombas,
los retazos.
Han huído los hijos, para no ser olvidados.

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