miércoles, 24 de octubre de 2012

Cien volando

No es acaso ,el ave un verso que derriba grises en lo celeste y busca el retazo de una nube que escribe un nombre tácito ,  enmudecida voz que grita, paz , pan, luz.. Y acaso no es el viento el que trae a esta orilla las palabras que luchan , que relatan verdades y canciones de cuna. Si el ave y el viento son el cuerpo algodonado de la poesía, donde dejo caer mi promesa, mi latido verde. Si pasa el viento por mi pelo, como un vagabundo, correré a sus brazos otra vez y seré niña jugando en su calle. Que no se detenga esta lluvia, estiremos las manos para retenerla , como si fuera el último maná y dejemos que el viento seque nuestras mejillas, así como hace el sauce o el gorrión. Verso, no callaras nunca mientras el ave recorra un sueño celeste , subida al viento tibio de una tarde de verano, donde juegan niños en la calle, donde llueve más tarde y el sol seca, con sus manos doradas las mejillas.

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