martes, 29 de noviembre de 2011

El caminante invencible

Es poeta y es mendigo,
duerme en sus manos un clavel encendido.
Traspasa la calle de la noche,
con estrellas y cometas,
atrapados en su candil secreto.
Sus pies,madera de  la balsa que navega,
todos los días como mares abiertos,
como hoja en blanco,
en donde escribir con azúcar,
cuando la sal quema.
Saca de su solapa,
palabras como palomas,
recita murmurando,
canciones de cuna,
para quebrar la roca,
tendida sobre la herida.
La hace polvo de un soplo,
con su manual de bolsillo
de sonrisas,de brisa para barriletes.
Repite como el amanecer,
su declaración de Derecho a la Esperanza.
Nunca detiene su camino,
aunque hablen de derrota,
las pendientes del abismo.
Apreta su puño macizo,
como un grano de trigo,
y deja caer sus manos,
aún en tierra desolada,
hilando rayos de sol,
como las hojas de otoño,
cuando desmayan.
.

Poeta y mendigo,
cruzará la tarde sin ser visto,
quemará viejos libros,
de mudas palabras,
con su fuego hará tu fuego,
pero esconderá el agua,
porque no permite,
 que acabe, preciosa luciérnaga,
 en instante oscuro.
Cuando párpadea,
 prepara un cielo.
se sabe un pasajero,
de este rodante mundo.

El luchará hasta el fin,
hasta el día más triste,
en que los árboles,
abatidos, inclinen su espalda.
 El seguirá  en su ensueño de espiga,
mirando el mañana ,con ojos de río,
y promesas de balsas.

 Foto: "Más que un juego" Acuarela de Lola Catalá





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