Cuando venga el tiempo de la flor , quedarán rendidos todos los inviernos y todas las soledades de la madera del árbol añoso, que prepara su enramada para recibir a todos los pájaros , en  primavera. El amor sabe de todas éstas canciones y mientras se revela el rostro cándido de la tarde , en que pienso, mañana mi suspiro será parte del viento , para quedarse acurrucado , en aquél paisaje que lo reciba. Una parte de mí un poco, se quedará también en la rosa, por ser promesa de toda la belleza, como dos manos juntas,  ella se abraza al tallo de la noche , para llenarse de estrellas y renacer en la voz del rocío que la nombra , primera palabra de la ternura. ¿ Dónde la tuya ? ¿ Dónde tu enramada, tu rosal y tu estrella? ¿ Dónde tu voz?