sábado, 4 de mayo de 2013

Yo te abrazo paisaje, y encuentro un beso, entre tus pupilas de arena. Me tiendo lentamente, sobre los caminos de tu voz de trigo. Hoy se quiebra para mí el cielo , en tu estrella matutina. Soy como el cantor de versos, que relata bienvenidas. Un asombro en tu rostro de arcilla, acaso una sonrisa. Pasan nubes hacia tu corazón de pájaro y yo me quedo pensando, siempre en el sueño , ápice dorado de los días, donde se refugian, todos los deseos. La casa ya está lista, abre las ventanas, emprenderemos el vuelo. 

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