domingo, 5 de mayo de 2013

Quedará el azul ceñido a nuestro pecho , como una flor de primavera nueva y frutal. Los decires del pasado quedarán en silencio, mientras el futuro lo interpela con flores y besos , irrumpirá como un rayo luminoso, en  las palabras del día. No temeremos al ocaso , porque seremos siempre alba. Daremos la hondura que guardan nuestras manos, como un presagio de paz, una antesala, de nuevos amaneceres todos.Todas las verdades se dirán con canciones, mientras el sol prepara su morada, en donde tallan tus pupilas, toda la arcilla dormida, que a tu voz regala. 

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