En éstos días corazonados: sal y miel. Me tiendo , en el camino mientras camino. Me callo , mientras canto. Y hablo , mientras hago de mis manos un hueco de silencio , una espera. ¿Se quemará otra vez la tarde , como en los días vívidos?. ¿Notará mi cuerpo, que respiro, el aire de la rosa que pasa murmurando mi nombre, pidiendo que no olvide, mi sonrisa en un cajón?. Otra vez, al paraíso de apretar los puños y rogar ensueño. Otra vez al pan y a la luz , a los temores derrotados, con un soplo de ternura. Quedarán las cárceles vacías y a oscuras, cuando habiten los corazones, nuestros mejores deseos, nuestro paisaje azul , el trigal. Los días no corren , simplemente van y yo les tomo las manos, más aún, me echo en sus brazos y cuento los días, flor por flor.
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