martes, 11 de diciembre de 2012

Corazón de páramo

Yo te sigo. Y así voy , caballito de mar , en su sal. Porque me llevas de la mano a dónde bebo agua fresca y transparente y me siento a mirar el horizonte , que tiendes para mí. Y en éste , tu camino donde esparces pétalos de rosas, voy así casi saltando, encontrando razones en cada árbol al costado del camino. El ahora, se define a sí mismo, como hijo del clavel y me nombra una lista de hermosas intenciones, de regalos intangibles , de sueños, claro. No dejarás que caiga, porque eres páramo para todo aquél que quiera abrir las puertas y tan sólo caminar. Si acaso , te calzas las sandalias o te descalzas también , sabrás que para peregrinar en el viento de su mar, no hace falta mucho más. De eso se trata. 

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