viernes, 28 de diciembre de 2012

La Flor no se rinde

Se erige incólume, en el centro de mi pecho. Desde allí lanza bengalas, cometas que encienden desde el fondo hasta la superficie, las palabras más tenues dichas desde el adentro. Y soy, quién riega sus raíces blancas, como quien reza una promesa. Todo será mejor mañana. Y ella se empeña en hacer bellas las cosas que se declaran presente. Sí , ya sé su cuerpo es paloma que aletea frente a los mares que trae la vida. Paloma y nido a veces, cuando me tiendo en el lila del descanso y contemplo, como sube la canción a gritar desde los techos: un poco de agua para esta flor, que sin ella la ciudad es un desierto. Callan los transeúntes perplejos y miran donde suenan sus latidos. ¿Acaso perdieron el ritmo oceánico nuestros días?Pues no, aquí seguimos.

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