domingo, 23 de diciembre de 2012

La vía de enfrente

Así viajo, sí, siempre en dirección contraria. Veo sus vidas tras los cristales y visito sus ojos malheridos. Me queda un sabor a lejano, a verso jamás escrito. -Pare chofer, aquí me bajo, -pero señorita, aquí no hay nada. -¿pues , no ve ud. el árbol florido, de verde enramada?yo quedaré tendida, como el rocío en la mañana, será su sombra el camino, la pregunta siempre constante, de canciones a punto de darse y besos a punto de cantarse. Me quedan retazos de trigo entre las manos y el ala de una paloma blanca. Será mi pan , mi hogar, un eco de poemas dichos con pétalos de flores, racimos, sobre el viento la silueta de un lugar llamado futuro. -Está bien señorita, tenga cuidado al bajar.

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