jueves, 28 de marzo de 2013

Toma las flores que penden de mi pecho . No tengo más que este pequeño regalo. Se curva mi espalda y tiemblo, en la voz de la encina. Mientras el mundo gira, no he de perder la esperanza, esa pausa que camina siempre hacia el mañana. Soy del viento suburbana, hija del barro que construye, casas en los árboles y en las nubes. Un vendaval de sueños anudados a mis manos, dos pájaros azules en las muñecas, como las bandadas...

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