sábado, 30 de marzo de 2013

Y si , ya mis palabras no rozarán tu oído. Prendida al ala de un viento mudo , me acurrucaré silenciosa. ¡Qué pena tan grande, la hora, donde se quiebra la margarita!. ¡Qué instante impreciso, donde los árboles de deshojan! Ay, bajo el manto sombrío de la tarde, crepúsculo de un nombre, ya han partido los pájaros y tú no sabrás , adónde. 

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