¿ Porque cierras tus alas, cada vez que alguien te acaricia? Pequeña semilla de los pobres, los que fueron desamados. ¿ Sientes miedo? No temas, abre tus brazos y deja que el mundo te habite , en un retazo de ternura. Te veo indefensa, débil , muestra que desarmas al peor enemigo con tu belleza, tu entrañable color de azúcar. Llevas en las manos la premisa, de ser flor antes que fruta. Quizá, yo me equivoque y tan sólo te pliegas, para dejarte tender, un hilo de dulzura, sobre tu sabia piel. ¿ Será, ésta tu respuesta? Más aún nunca te quedas cautiva , para nunca volver, regresas al sol , como revive la marea cada minuto en la orilla y eres pensamiento que late, en el ritmo oceánico de la poesía. Al fin y al cabo, un pequeño milagro.
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