miércoles, 23 de enero de 2013

Un corazón para la poesía

Y dos manos, de alfarera. Verso por verso, la diadema que fulgura sobre el papel desierto. Te quiero así , poesía. Urgente, vital , mensajera de flores y nubes, precisa en tu imperfectibilidad. Tan llena de luz , cuando todo apaga, las pupilas y los sueños. ¿ Qué haré si me sueltas? seré una hoja sin rumbo, un trazado difuso , notas en el agua. Más, si te quedas, seré, quien del barro renazca y ya victoriosa, aquélla de la palabra, se tienda descalza, sobre la hierba, hija pródiga del murmullo que transita sobre el suelo, mientras se recita, la cándida canción de su rezo.

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