lunes, 22 de abril de 2013

¡ Ay, cómo sufre el rosal! Cada espina es un dolor, que quiso ser flor. Pero no se rendirá, espera paciente y lastimoso, la primavera. Cada flor , le hará olvidar. Cada nube de su cielo, será un pétalo celeste. Pensará ahora en conocer el mar, así como un niño, lo observará . Tendrá pies para entonces, cándido de huellas, no dejará rastro alguno, que se parezca a un lamento.  Ávido por el agua, se volverá manantial y allí , pronto hacia la luz,  será la barca que atraviesa el azul. Como tanto soñó en despertar, abrirá su madera ,como quien abre los brazos,y se irá con el ave tenue que pasa, finalmente, desde allí nos mirará y en su canto encontraremos, todas las flores del mundo , todas las nubes blancas, todas las olas y la espuma del mar, todas las barcas que en él descansan,todos los abrazos,  todas las aves , todo el azul, en sí, la libertad.

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