miércoles, 3 de abril de 2013

¿ Se agotará este manantial? ¿ Seré huérfana de versos y nubes? Quédate , aunque sea , detrás del vidrio, el umbral. Los paisajes se llaman ternura, las manos. Dos promesas, de estar más  cerca ,de la paz. Nada saben del amor, los desconocidos del poema. Mientras la ciudad sigue su ritmo metálico, los árboles nos dan una tregua. Siempre se espera la primavera, aunque no sea mayo. Con sus flores y todo, con sus manos fuertes, allí donde duermen los pájaros he tendido un verso , llamado futuro. Así como se escriben ahora, los anhelos del pasado , volverá a nuestros rostros, la lumbre del mañana. Y un destello,  y un candil, el de los descalzos.

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