viernes, 19 de abril de 2013

Y será el río cristalino ése que te lleva, adónde tú desvelas. La ciudad, se vierte despacio entre las calles jóvenes. La tarde se llama a sí misma, mañana. ¿ Han de partir las golondrinas ahora? Miraremos el cielo y veremos que de pronto, se ha llenado de bandadas. Un niño mirará entonces, el mágico vuelo. Ya no seremos tan sólo un suceso, algo que pasa y desaparece. Nos iremos con las bandadas, por el camino certero. Ya, pies cansados no tendremos, sino designios de nube. La canción más bella,tendida de azules, el rostro llano y las manos juntas. Dos panes , dos arcos contra la pena. Una voz estalla y quema, grita y gime contra el naufragio, una voz de azúcar, blandiendo flores de mayo. A salvo del oleaje que acecha , se yergue victorioso el árbol, a salvo del ocaso, la lumbre, que duerme en los ojos del día. 

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