viernes, 19 de abril de 2013

Yo busqué conmover la rosa de tu jardín florido , cada paso es una nube por dónde camino . Las regiones del ayer pasarán a destierro, si me dejas entrever el beso en tus pupilas. Tan ardúo ha sido el peregrinar que, lloro en un aviso del alma. Lo que das es una llama, que quema manos y pecho . A mi lado corren ángeles diciendo, el viaje continúa hasta que en un atisbo de lumbre difusa, tenga tu nombre entre mis dedos , para poder nombrarte canción o poema , envuelto en pañuelo de seda. Allá donde florece la estrella, he visto tu rostro radiante. Cuándo descienda la tarde , subirán lo crisantemos y una intrépida razón , para dejarte las razones de mi pecho , mi costado , compañero.

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