martes, 23 de abril de 2013

Será inevitable. Los dormidos arrebatarán las estrellas de su sueño , para fabricarse un cometa, hacia el mañana. Se levantarán los cansados y rugirán entonces, canciones blancas. Mismas palomas, hablarán de la paz y la esperanza,  como un declarado derecho, inherente al hombre, mujer que habita este planeta. La razón de todas las luchas, el hogar tendido, de los que ya, a salvo del naufragio, escribirán el eterno poema. No habrá puertas, ni muros, que detengan entonces, la llama que arde y vela por todos los niños del futuro, todas las estaciones de primavera, las manos juntas del pan amasado, en el fuego de todas la miradas cándidas. La partida , es la llegada,  caminarán entonces todos los pasos y hablarán todas las voces. La premisa de la flor, derribará entonces, todo legado de arena. Seremos la bandera, que ondea sobre el trigo luminoso, el vuelo del ave, que espera, la próxima nube , para habitar la tierra. La excusa posible, de todas las buenas palabras. El paisaje próximo, de los sueños.

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